
Allá por los años cuarenta en un paraje llamado los pozos coloraos, existía una fabrica manual de hacer ladrillos,es decir los vecinos del pueblo iban al lugar, hacían barro con la tierra colorá y el agua de la acequia que embalsaban en una poza y con ello, bien amasado, rellenaban un molde de madera que se traían para este menester, para darle la forma tradicional del ladrillo, utilizaban una tablilla para pasarla por encima y dejar de esta forma la superficie del ladrillo plana, después lo sacaban del molde y lo volvían a rellenar sucesivamente hasta que obtenían los ladrillos que les hacia falta, si no llovía se secaban en verano entre 5 y 7 días.
Dicen que del suelo aparecían restos de ladrillos cocidos lo que indica que hubo un horno antiguamente para cocerlos.
Había un señor que se llamaba Serafín Almendros mas conocido como Serafín el de Maria la Crista que era el que mas se dedicaba a elaborarlos porque al parecer era el que mas arte le daba.
Según cuentas algunos lobreños, algunos amasaban el barro con los pies descalzos.
Con la construcción de la carretera en el 1965 se dejaron de fabricar porque se podían traer materiales comprados desde otro lugar .
Articulo subido a la encicplopedia andaluza de usos y costumbres "wikanda" de Granada.
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